By Dario Hidalgo for El Tiempo
En la últimas semana de Marzo y la primera semana de Abril de 2012, TransMilenio fue objeto de protestas ciudadanas. Las protestas resultaron en bloqueos en la operación y vandalismo. Por ser parte del equipo que puso en marcha TransMilenio me duele mucho la destrucción que sufrió. Y me duele mucho más que TransMilenio esté prestando un servicio indigno, teniendo la posibilidad de volver a ser un sistema de clase mundial. Por allí debe comenzar la solución, y toda solución pasa por tres elementos: decisión política, fundamento técnico, y recursos financieros.
No hemos escuchado al Alcalde Gustavo Petro comprometiéndose de lleno con la solución de los problemas. No hemos visto al Secretario de Gobierno, a la Secretaria de Movilidad, a la Directora del IDU, y al Gerente de TRANSMILENIO S.A. declarando en forma conjunta que van a poner todo su empeño como administración distrital en mejorar la infraestructura y el servicio de TransMilenio. No hemos visto a los operadores privados comprometiéndose en hacer su parte; en ir un poco más allá del simple cumplimiento de los contratos, por el bien de los usuarios y el de sus empresas. Ese liderazgo es una condición necesaria.
La solución técnica pasa por múltiples elementos: reparación urgente de la infraestructura deteriorada, sobretodo en la Av. Caracas; replanteamiento de los servicios con servicios circulares más cortos en los tramos de mayor demanda; reconfiguración del uso de las estaciones para no tener tantos servicios en cada puerta y reducir la aglomeración; mejoramiento del control operativo para reducir el apiñamiento de los buses –que reduce sustancialmente la capacidad y la calidad de servicio; mejor coordinación de los semáforos con las necesidades de circulación; ampliación de estaciones críticas; construcción de troncales paralelas para reducir la carga, sobre todo en la Caracas; construcción de intersecciones a desnivel en las intersecciones críticas de la Caracas, Calle 13 y la Calle 80; y controlar el estacionamiento en las rutas alimentadoras, dotarlas de carriles prioritarios y mejorar su control, para facilitar el desplazamiento de los buses verdes. Sólo traer buses es insuficiente.
También se requiere volver a la educación ciudadana y la promoción de lo positivo; y es bienvenida la participación de los propios usuarios en las soluciones: construyendo no destruyendo. Y muy importante: terminar bien la Fase III y comenzar la expansión de las troncales de la Av. Boyacá y la Av. 68, retrasadas ya más de cinco años con respecto al plan original.
Y con respecto a la plata, es necesario asignar los recursos para planear y ejecutar estas iniciativas. El plan de desarrollo tiene algunos recursos asignados ¿serán suficientes? También es posible abaratar el costo del servicio licitando la operación de nuevos buses, especialmente para reemplazar los de la Fase I que ya están llegando al millón de kilómetros. El llamado es a la acción, no solo a la discusión. TRANSMILENIO S.A. conoce bien estos temas y ha trabajado para ir haciendo algunas de estas cosas, pero sin liderazgo del propio Alcalde, sin trabajo conjunto con Gobierno, Movilidad y el IDU, y sin plata no se soluciona nada.
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